martes, 26 de abril de 2011

LOS VERBOS

PARA ESTUDIAR LAS CONJUGACIONES VERBALES, ENTRA EN ESTA PÁGINA.


ASUNCIÓN

CURSO DE MECANOGRAFÍA

HABLANDO DE LA NECESIDAD DE QUE MANEJÉIS CORRECTAMENTE EL TECLADO DEL ORDENADOR, OS RECUERDO QUE EN VUESTRO PORTÁTIL TENÉIS UN CURSO DE MECANOGRAFÍA, PARA PRACTICAR LA ESCRITURA CON TODOS LOS DEDOS.

POR SI QUERÉIS PRACTICAR MÁS, EN ESTE ENLACE TENÉIS UN CURSO DE MECANOGRAFÍA CON JUEGOS. ES MUY DIVERTIDO.
INTENTAD HACERLOS, PERO, ¡OJO!, SIN LA PRÁCTICA CONTÍNUA NO OS SALDRÁN BIEN.

ASUNCIÓN


jueves, 14 de abril de 2011

EL COLECCIONISTA DE ESTRELLAS

Desde el curso 2006-2007, y como propuesta de mejora tras los resultados obtenidos en las Pruebas de Evaluación de Diagnóstico del centro, se comenzó a poner en práctica el Plan de Lectura Eficaz. Dicho plan se aplica desde primero a sexto, y consiste en la dedicación diaria a la lectura, así como a la comprensión, vocabulario, ortografía, etc., a través de una serie de juegos de lectura basados en un libro.

El libro que nos ha tocado leer este año al curso de 5º C es “El coleccionista de estrellas”, de Jordi Vives, publicado por la editorial Bruño.

Desde el día 18 de octubre de 2010 en que comenzamos a leer este libro, en la clase hemos seguido con interés las aventuras del aprendiz Gruilen en su empeño por rescatar a su amiga Pol, una estrella viva descubierta por el gran astrónomo Kraken. 

Durante estos meses hemos realizado las actividades de lectura propuestas y, como última actividad hemos tenido que convertirnos en redactores para contar lo que ha ido ocurriendo a lo largo del libro.

Para ello, nos hemos dividido en grupos de dos o tres, y hemos ido redactando la noticia correspondiente a cada uno de los capítulos, de modo que nuestros lectores pudieran seguir las peripecias de los protagonistas.

El trabajo finalizado os lo ofrecemos y os animamos a todos/as a que leáis.

Asunción Cabello


sábado, 9 de abril de 2011

ESCRIBO CUENTOS

OLAYA Y SU AMIGO MARIO
EL
ALIENÍGENA


Érase una vez una niña llamada Olaya. Estaba leyendo un libro y de repente aparece un alienígena gigantesco.
Le dijo a Olaya que si quería ir con él a pasear.
Olaya contestó:
-      Pues claro que voy contigo
El alienígena se presentó:
-      Hola, me llamo Mario y vengo desde Marte. Creo que ya lo sabrás, al haber leído el libro. Te voy a contar un  poco sobre Egipto. Egipto es una ciudad que tiene una esfinge. Esa esfinge es la más famosa de Egipto.
Olaya se quiso presentar para que Mario no creyera que le tenía miedo.
-      Mario, me llamo Olaya, tengo 7 años y me gusta mucho leer. ¿Cuántos años tienes tú?
Contestó Mario:
-      Yo tengo 30 años, aunque parezca muy joven.
Con tanta cháchara se aburrieron y Olaya propuso un juego: el juego de pillar.
Olaya le explicó el juego, se lo pasaron muy bien y se hiceron muy buenos amigos.
                             
                                                   FIN

Rocío Hermán Rodríguez, 8-4-2011

 
ANTONIO Y EL ALÍENIGENA


Había una vez un niño llamado Antonio al que le compraron un libro nuevo y muy grande. Entonces cuando empezó a leer le encantó y leyendo y leyendo le sorprendió una fotografía en la que aparecían una esfinge y un alienígena aterrizando con su nave espacial. Entonces, mirando y mirando, salió aquel alienígena gigantesco del libro. El niño se quedó alucinado y el alienígena empezó a hablarle y a tranquilizarle.
Después de un rato el extraterrestre le preguntó a Antonio que si se podía quedar en su casa y él le contestó que sí, se podía quedar.
Después de unos años ellos fueron muy buenos amigos, pero el extraterrestre tenía que volver a su tierra y para pasar un poco de tiempo con él antes de irse, el alienígena propuso ir al parque y jugar juntos hasta la noche. Cuando llegaron a casa el alienígena le dijo que tenía que volver a su casa y el niño no se lo impidió por su bien.
Al final él volvió a su casa aunque también se fue llorando.

Paula Martínez Baena, 8-4-2011

 

QUÉ ALIENÍGENA TAN RARO.

Yo estaba leyendo un gigantesco libro y vi que había una esfinge que tenía  cabeza, cuello y pecho humano y cuerpo y pies de león. Después pasé la hoja y vi que al lado de la esfinge aterrizaba una nave, y dentro, ¿qué había? ¡Un alienígena! Qué raro, ¿eh?
Yo me hice amigo de él y me fui con él a su cuento.
Yyyyyyyyy colorín y colorado esta historia se ha acabado.

FIN

María Reyes Jiménez, 8-4-2011

 
EL  ALIENÍGENA  Y  YO

Un día por la mañana estaba leyendo un cuento muy chulo. El cuento era de un alienígena que llegaba con su nave muy grande y roja para ver una esfinge. 
Era un alienígena con la cara verde, llevaba una ropa de color lila y tenía muy poco pelo. Mientras estaba leyendo el cuento, de repente salió el alienígena del cuento. Fue chulísimo, emocionante, muy divertido...
Estuvimos un ratito hablando. Yo le decía lo bien que me lo pasaba leyendo su cuento y él me decía lo bien que se lo pasaba en su cuento, que era su mundo. Al rato de estar hablando, me dijo si quería ir con él a su mundo y yo le dije que sí quería ir.
Cuando ya estaba allí, su mundo era gigantesco y me lo pasaba muy bien allí, con el alienígena: jugábamos todos los días, dormíamos en su casa, pero lo que pasaba era que su casa era muy pequeña porque era para él solo.
En ella estaba el alienígena muy solito, pero a él no le gustaba estar solo, por eso me dijo que me fuera con él a su mundo.
Pero menos mal que me fui, porque allí con el alienígena me lo pasaba muchísimo mejor que yo en mi casa solo.
También muchos días nos dábamos la mano y salíamos a pasear, correr, jugar a pillar...
El alienígena me enseñó la esfinge. A mí me encantó, a él también le encantó.
Pero el alienígena ya la había visto más de tres veces. Él me dijo que la primera vez que la vio le encantó y cuando se fue, al siguiente día quería volverla a ver.

María Bernier Reifs.  8 – 4 – 2011

 
Un día Gema iba a leer un libro de una esfinge y al lado había un alienígena. De repente el alienígena salió del libro. ¡Era gigantesco! Al final se hicieron muy amigos.
El alienígena cogió a Gema y la metió en el libro. Poco a poco Gema estaba echando de menos a su familia. Se lo dijo al alienígena y le preguntó que si se podía ir. Le contestó que sí. Aunque se echaron de menos, se hicieron muy buenos amigos. 

Beatriz Serrano Belmonte. 8-4-2011


 
Mi amigo el alienígena

Era última hora. Los niños alborotados. De la clase de Sandra, ella fue la única que dijo:
-Señorita Emilia, ¿puedo ir a la biblioteca?
La maestra sorprendida de la pregunta de la niña le dijo lo siguiente:
-Sí, pero date prisa Sandra.
-Si seño, deme el carné y me voy pitando.

Allí la señorita Esperanza le dijo:
-Sandra. Pero Dios mío, tienes cinco minutos.
-Sí, sí, yo no tardo nada señorita Esperanza.

Allí estaba el libro rosa, el que tanto deseaba, pero con las prisas cogió el de al lado.

Y ya no le daba tiempo a cambiarlo y se lo llevó a casa durante quince días. El título del libro era “EL ALIENÍGENA Y LA ESFINGE”. En la contraportada del libro venía un resumen que decía lo siguiente:

En este cuento conoceremos a un alienígena del planeta Magic. Lo mandan a una misión a Egipto y ve a la Esfinge. Se hacen amigos. Como tiene magia, le concede un deseo: poder andar.

Sandra al leer aquel resumen empezó a leerlo. Como no tenía muchas páginas lo terminó en seguida. Cuando terminó dijo en voz baja:
-Ojala fueras real.

De repente el libro comenzó a abrirse. De él surgió un gigantesco alienígena y le dijo:
-¿JDFE,ÑW.EZX,MJMNFCYRUHUIHMMMMRXKJXDXJJ?
-¿Qué? - le contestó la niña.
-Veo que no hablas mi idioma. ¿Te gustaría venir a dar una vuelta conmigo? Mi amiga la Esfinge se ha ido de vacaciones al Caribe. Como ahora tiene piernas...
-No digas más, iré contigo.

Estuvieron toda la tarde por Egipto. Hasta se metieron en un libro de su hermano pequeño Daniel. Era de números, pero se tuvieron que ir porque lo estaba chupando y parecía que estaba lloviendo a mares. El alienígena se tuvo que ir, pero antes le dijo algo:
-Nos veremos pronto.
-Eso espero - contestó Sandra.

Al día siguiente se encontró el libro rosa que tanto le gustaba y otro más además del libro del alienígena. Y con ellos una nota que decía:

Querida Sandra:
Te he regalado el libro rosa porque he mirado en tus sueños y lo he visto, y el mío porque así me podrás ver cuando quieras.
BESOS TU AMIGO EL ALIENÍGENA.

Tanto le gustó a Sandra que dijo:
-Gracias.

Mª José Muñoz Aguilar, 8-4-2011


 

Cuento del extraterrestre

Hoy he ido a la biblioteca. Saqué un libro titulado “El Libro de la esfinge y el extraterrestre” y me fui a mi casa. Allí, cuando estaba leyendo, salió de golpe y porrazo un extraterrestre. 

Él me dijo que no tuviera miedo, que era de los buenos. Después me dijo que si quería ir con él a su país y yo le dije que sí. Entonces me cogió la mano, y de un salto entramos en el libro. Allí estaba la esfinge con cara de mala uva. Le pregunté que si estaba bien y salta y me dice:

-¡No, y que me dejes niño!


Yo le hice caso y la dejé. El extraterrestre me dijo que ese no era su país, que se le había roto la nave y que si quería ayudarle a arreglarla. Le ayudé, y al final él se fue a su casa y yo a la mía.

                                                        FIN

Antonio Ángel Acero Alcántara. 5ºC. 8-4-11.


 
El alienígena de la esfinge

Hace  mucho tiempo había una esfinge muy grande y famosa a la que iba mucha gente a visitar en vacaciones.
Un día la esfinge se derrumbó provocando un desastre total. Investigaron durante algunas semanas hasta que descubrieron que el derrumbe había sido provocado por un alienígena que vivía dentro de la esfinge y que estaba haciendo agujeros para colgar cuadros.
Cuando descubrieron al alienígena estaba herido y al principio le hicieron unas pruebas, pero luego se recuperó y se dieron cuenta de que era un alienígena bueno y amable. Se hizo amigo de todos los niños, pero su mejor amiga era una niña llamada Maite a la que le gustaba mucho leer.
Su nuevo amigo le contó cómo había llegado hasta la tierra en una gigantesca nave espacial que escondió bajo la esfinge, ya que le había parecido un buen lugar para quedarse a vivir una temporada. Maite le contaba muchas cosas sobre la vida en la tierra, sobre su familia, su casa, su colegio... y así pasaron un tiempo.
En unos meses el alienígena decidió que ya era hora de volver a casa. Maite le ayudó a desenterrar la nave espacial y con mucho cariño se despidieron para siempre.
Los arquitectos reconstruyeron la esfinge aunque ya nunca estuvo tan bonita como cuando la cuidaba el alienígena.


José Antonio Fernández Fernández.    5ºC  9-4-2011

 

EL GIGANTESCO ALIENÍGENA

Había una vez una niña llamada Rosario. Ella tenía que ir muchos días a la biblioteca, ya que su señorita Ester, les manda a sus alumnos que lean muchos libros. 
Un día les dijo a sus alumnos que se leyeran un libro de ficción. Pero a ella solo le gustaban  los cuentos románticos, así que le dijo a la bibliotecaria que le diera un cuento de ficción pero que fuera divertido y la bibliotecaria le dijo que se leyera “El Libro”.
“El Libro” estaba detrás de una puerta muy grande. Cuando entró en ella había una enorme sala y encima de una mesa había un gran libro en el que ponía: El gigantesco alienígena.
Ella, cuando leyó eso, creyó que era como todos los libros de ficción, muy fantasiosos, pero eso no fue así.
 Cuando lo abrió, en sus primeras páginas, aparecía una esfinge y una nave espacial. Pero las imágenes se movían. Rosario no se lo podía creer, tan fascinante era que creía que estaba soñando y delante de ella apareció un gigantesco alienígena que le dijo:
-¡Hola! me llamo Rob.  ¿Cómo te llamas?
Y ella contestó:
-Yoooo… Rosario (contestó con un poco de miedo), ¿dónde estoy?
- En Sampaletras,  una ciudad de Minipolix, contestó Rob.
 Rosario pensó:
“¡Pero, si estaba leyendo un libro! ¿Cómo es que estoy aquí? ¿Rob no era el personaje?”

Todo esto también se lo dijo a Rob y él le explicó que ese libro era mágico y que allí todo era especial. Después estuvieron jugando.
Al rato Rosario  se tuvo que ir, pero le prometió a Rob que volvería a verle.

FIN

Autor: Andrea González Núñez, 5 ºC. 9-4-2011     


EL ALIENÍGENA Y YO

Erase una vez una niña llamada Laura que era muy buena y cariñosa. Un día Laura estaba leyendo un libro de alienígenas muy  gigantescos y fuertes. A ella le encantaban los alienígenas y su madre le compró un libro de alienígenas por el mundo. Se trataba de que un alienígena iba a Egipto a ver una esfinge de un león gigantesco. Laura se quedó boquiabierta de ver el libro que era una maravilla. El domingo, por la noche Laura estaba leyendo el libro y vio que el alienígena se salía del libro y Laura se quedó seria y dijo:

-¿Tú quién eres? Yo soy Laura. 

Y el alienígena le dijo:

-Yo soy Leonardo, encantado de conocerte Laura.

Laura pensó una idea maravillosa y le dijo a Leonardo que si podía meterse en el libro y él dijo que encantado. Entonces fueron a ver una esfinge a Egipto y al final le dijo que genial, que se lo pasó de maravilla y fue una experiencia muy buena y que no se iba a olvidar nunca.

Fran Montenegro Alcántara, 9-4-2011



EL ALIENÍGENA Y LA NIÑA

Había una vez una niña que estaba leyendo un libro. Éste trataba sobre un alienígena que aterrizaba en la esfinge de Egipto, en la que el Sol le daba tan fuerte que parecía que se estaba cociendo algo allí.
Cuando el alienígena  aterrizó, estaba perdido y no sabía dónde se encontraba, pues al observar que estaba encima de un hombre con cuerpo de león, es cuando todavía entendía menos donde había aterrizado. 

Él pensaba que estaba en la Luna, pero no estaba muy seguro. Al rato, la nave empezó a moverse y en menos de nada, estaba de nuevo viajando. ¡Llegó a un planeta gigantesco! De repente, abrió los ojos y había una niña. Él, como era de otro planeta, no sabía que ella era una persona del sexo femenino, y se asustó un poco y separándose de ella decidió tumbarse para descansar, ya que el viaje había sido muy movido.
Al día siguiente, cuando la niña se levantó, vio al alienígena con un desayuno preparado para ella.
Ella le dijo:
                    Muchas gracias. ¿Quién eres?
Él le respondió:
                    No te asustes, soy inofensivo.
Después de hablar durante un largo rato sobre las cosas que había en sus planetas, se hicieron muy amigos y jugaron a muchos juegos como: el pilla- pilla, torito en alto...
Al final, cuando pasaron algunos días, el alienígena se tuvo que marchar a su planeta. La niña muy triste, le dijo:
                    Nunca te olvidaré y cuando quieras puedes volver por aquí. Una amiga siempre te estará esperando.
                                                       FIN

MARÍA GÓMEZ FERNÁNDEZ. 5ºC.

 
EL ALIENÍGENA


Una tarde Ana fue a la  feria del libro y se compró un libro gigantesco. Cuando llegó a su casa con la intriga de leer el libro a ver de qué era, de un momento a otro apareció una esfinge que le preguntaba que adónde iba. El alienígena le respondió:
-          Voy al mundo real y a conocer nueva gente.
Así fue, fue al mundo real. Ana ya estaba enganchada al libro y se creía que el alienígena iba al mundo pero no al mundo real. De un momento a otro apareció el alienígena. Ana le dijo:
-          ¿Pero tú no eras el que estaba en el cuento y hablabas con la esfinge?
El alienígena le respondió:
-          Sí, ¿no has leído el cuento?
Ana le respondió:
-          Sí, pero yo me creía que lo que le decías a la esfinge era que ibas al mundo real pero no al de verdad de la buena.
El alienígena le respondió:
-          No, yo vengo al mundo real.
Ana le respondió:
-          Sí,  pero por casualidad  ¿no has echado de menos a la esfinge y a tu casa?
El alienígena le respondió:
-          Sí que echo de menos a mi pequeño pueblecillo. Ana ¿quisieras acompañarme a mi  pueblecillo?
Ana le respondió:
-          Sí, claro.
El alienígena y Ana los dos fueron al pueblecillo como decía el alienígena.

FIN

ANABEL MERICHAL GRANADOS, 10 – 4 - 2011

 
EL CUENTO ENCANTADO


Hoy he ido con mis padres a la feria del libro. Me tiré mucho, mucho rato buscando algún libro que fuese interesante. Pero no me terminaban de gustar ningún libro, hasta que levanté un par de libros y vi uno que me gustó mucho pero no sé por qué.
       Cuando llegué a mi casa me puse a leer el libro. El título era ¨ La esfinge de Egipto¨. El título me pareció muy chulo. Cuando pasé la página me gustó, pasé otra, y luego otra. De repente cuando pasé otra página vi la esfinge. ¡Era preciosa!
       ¿Qué era eso, un alienígena? Qué cosa más rara. Había una nave y dentro un alienígena, que raro. Parecía que el libro estuviera encantado. De repente se empezó a acercar a mí y salió del libro. Era gigantesco y me asusté un montón. Él también porque yo chillé muy fuerte.
       Después el alienígena se quedó muy quieto mirándome. Yo también porque me daba miedo, por si me hacía daño o algo parecido. Era todo muy raro, todavía no me lo podía creer ¡Había un alienígena en mi habitación! Pero todavía no me fiaba del alienígena ¿y si era malo?, ¿y si me hacía daño o algo parecido?
       El alienígena se acercó poquito a poco, muy lentamente y se sentó al lado mío. El corazón me latía muy, muy deprisa y fue y me dijo:
-      Hola, soy el alienígena del planeta Júpiter y me llamo Marc. Cuando la gente me ve huyen porque se creen que les voy a hacer daño o algo así. Yo soy bueno, no hago daño a nadie, al revés, porque puedo hacer cosas que nadie más hace y me gusta enseñárselas a la gente, pero no me gusta asustar a la gente. Yo soy capaz de meterme en algunos cuentos y también puedo salir y hacer en otros sitios lo que he hecho aquí. Eres el primer niño que no sale corriendo cuando me ve salir del libro. Y eso me pone muy contento. Si quieres puedes venir conmigo dentro del libro y jugar un rato en el desierto. ¿Qué me dices?, ¿vienes o no?
-      Vale, pero solo un rato porque si no llego a la hora de cenar mi madre me va a reñir.
-      Vale, vamos a jugar un rato.
       Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

DE: Jessica Del Hoyo Mayoral. 10-4-2.011

El alienígena del cuento


Había una vez un niño que se estaba leyendo un cuento.  El cuento trataba de la esfinge tan rara que hay en Egipto y un alienígena raro viendo la esfinge tan grande. El alienígena vivía allí y le daba miedo la esfinge. Un día el niño que le gustaba tanto el cuento gritó: ¡Que salga el alienígena! Todos los días decía la misma frase pero aquel ser tan extraño no salía. 
El niño se puso muy triste porque sus amigos se habían ido a otro colegio y él se creía que el alienígena era su amigo. A pesar de lo triste que estaba siguió leyendo el cuento. Un día el alienígena salió del libro y le dijo:

-¿Por qué estas tan triste?- le preguntó el alienígena.

-Porque me he quedado sin amigos y yo me creía que eras mi amigo, y yo te decía que salieras del cuento pero no salías- contestó.

-Ah, ¿es por eso?- le preguntó el alienígena.

-Sí.- le contestó sin acercarse, porque era gigantesco.

-Yo te lo transmito a través del libro pero no puedo salir antes de que te leas el 2º capítulo.

-Entonces, ¿me puedo ir contigo?

-¡Claro que sí! Además he venido para que te vinieras conmigo porque yo tampoco tengo amigos.

Los dos amigos se fueron al libro y se lo pasaron muy bien con la cara de la esfinge.


10-2-2011  Juan Manuel Crespo Morano 5ºC

 

Mi amigo alienígena

Un día, mientras leía un libro de ciencia ficción, observé una foto donde una nave espacial aterrizaba delante de la esfinge y de ella salía un alienígena. Fue extraordinario.
De repente  salió un alienígena del libro y me saludó:
-Hola
Al principio me dio miedo pero me tranquilicé y hablé con él.
-Hola, ¿come te llamas? – tartamudeé. 
-Me llamo Lalo y no tengas miedo, no te voy a hacer daño. Solo quiero que seamos amigos.
-¿Amigos?
-Sí, juguemos.
-¿Jugar?  ¿A qué?
-¿Qué te parece si vamos a Egipto?
-¡Sí, fantástico!
Entonces cerramos los ojos y nos metimos en el cuento y aparecimos delante de la esfinge. Era gigantesca. Lalo y yo dimos un paseo y nos comimos un montón de comida. Al final del día  nos hemos hecho muy muy buenos amigos. Me llevó a casa y me dijo:
-Adiós, me tengo que ir. Volveré la próxima semana.
-Adiós, me he divertido muchísimo. Hasta la próxima semana. Espero que nos lo pasemos igual que hoy - dije bostezando.
-Buenas noches - me susurró.
-Buenas noches, hasta pronto.
-Adiós.
Al siguiente día no sabía si había sido un sueño. Estoy deseando de que llegue la próxima semana para comprobar si había sido un sueño o de verdad había ido a Egipto y hablado con Lalo, un alienígena de verdad. Espero que no haya sido un sueño. De todas maneras, pronto lo sabré.

Hecho por Angie Moreno Jaramillo, 11 – 4 - 2011

Historia del Alienígena
y la niña

Erase una vez una niña que estaba leyendo un libro y metiéndose en la historia. Era de alienígenas. Se quedó dormida y cuando despertó se encontró una nave muy extraña. Ella pensó que podía ser un avión que había aterrizado en su casa. De pronto, alguien se baja de la nave. Era increíble. De pronto ve algo que no le parecía muy normal. Era algo verde. Ella se asustó un poco mucho. ¡Era un alienígena, qué fuerte! De pronto le dice el alienígena:
- ¿Quién eres?
Ella le contesta:
- Soy Marta y vivo aquí, ¿y tú?
- Yo soy Marcus o Marcelo, como me quieras llamar. Perdón, pero me he perdido y he aterrizado aquí. ¿Sabrías cómo podría volver a mi país? 
- No, pero me podrías enseñar cosas de ti - dijo la niña.
Y él dijo:
-Sí.
Le enseñó que vivía con sus padres, pero sus padres se quedaron allí y no saben nada.
De pronto dijo la niña:
-Cuando tú has aparecido yo estaba leyendo un libro de alienígenas ¡qué casualidad!
De pronto le dijo el alienígena:
-¿Quieres que te enseñe una cosa?
-Vale, ven conmigo.
Y de pronto desaparecieron y estaban metidos en el libro.
-¡Qué maravilla! - dijo la niña.
Y dieron un buen paseo y se lo pasaron muy bien.
De pronto vinieron a por MARCELO y se despidieron.
-¡Hasta pronto, amiga!
-¡Hasta pronto, amigo!
¡Qué alegría! Ella muy contenta le contó a sus padres y los padres no se lo creían, pero como todos sabemos sí ha pasado de verdad. Espera Marta que algún día lo vuelva a ver.

Patricia López Medina, 8 – 4 – 2011


YO  Y  EL  ALIENíGENA


            Esto era una vez cuando yo intentaba dormir, pero no pude porque los rayos tronaban demasiado fuertes. A pesar de que la ventana estuviera cerrada el sonido de la tormenta no me dejaba dormir.

       Vi un destello de luz en el espacio que cayó en la puerta de mi casa, bajé sin que mi madre me escuchara porque seguro que me reñiría. Me sorprendí mucho porque era ¡UNA NAVE ESPACIAL!
            

       De ella apareció un alienígena gigantesco. Me asusté mucho y le susurré que no hablara por si mi madre se levantaba, aunque yo no sabía si hablaba mi idioma.

       Nos convertimos en grandes amigos, le enseñé mi idioma, mi nombre y él el suyo, que se llamaba Paul. Contamos historias de  nuestra vida en la que una de las suyas era que visitó una esfinge enorme. Al final, de tanto esconder a Paul, se lo conté a mi madre. Ella comprendió mis sentimientos y me dejó que me quedara con el alienígena en casa. ¡NOS CONVERTIMOS EN LOS MEJORES AMIGOS DEL PLANETA!

Manuel Guisado Escribano, 11 – 4 - 2011

domingo, 3 de abril de 2011

PALABRAS CON "G"

APRENDE LAS REGLAS ORTOGRÁFICAS DE LAS PALABRAS QUE SE ESCRIBEN CON "G".


ASUNCIÓN

FORMACIÓN DE SUSTANTIVOS, ADJETIVOS Y VERBOS

Muchas palabras se forman añadiendo sufijos a otras que ya existen. Algunos sufijos sirven para formar sustantivos, otros para formar adjetivos, verbos...

Practica la formación de palabras con estas actividades.

Pincha AQUÍ.